
Poeta del romanticismo mexicano, nació en Saltillo, Coahuila el 27 de agosto de 1849 y muere en Ciudad de México el 6 de diciembre de 1873.
Menú a cuatro tiempos:
· Entrada : A un arroyo
· Sopa: Soneto
· Plato fuerte: Nocturno a Rosario
· Postre: Un Sueño
· Sopa: Soneto
· Plato fuerte: Nocturno a Rosario
· Postre: Un Sueño
Vino para acompañar:
Gran Ricardo, Monte Xanic, Un vino fino y armónico, que puede beberse solo o acompañado, posee la habilidad de complementar los fuertes sabores.
-A UN ARROYO-
Cuando todo era flores tu camino,
cuando todo era pájaros tu ambiente,
cediendo de tu curso a la pendiente
todo era en tí fugaz y repentino.
Vino el invierno con sus nieblas vino
el hielo que hoy estanca tu corriente,
y en situación tan triste y diferente
ni aún un pálido sol te da el destino.
Y así en la vida el incesante vuelo
mientras que todo es ilusión, avanza
en sólo una hora cuanto mide un cielo;
Y cuando el duelo asoma en lontananza
entonces como tú cambiada en hielo
no puede reflejar ni la esperanza.
-SONETO-
Porque dejaste el mundo de dolores
buscando en otro cielo la alegría
que aquí, si nace, sólo dura un día
y eso entre sombras, dudas y temores.
Porque en pos de otro mundo y de otras flores
abandonaste esta región sombría
donde tu alma gigante se sentía
condenada a continuos sinsabores.
Yo vengo a decir mi enhorabuena
al mandarte la eterna despedida
que de dolor el corazón me llena;
Que aunque cruel y muy triste tu partida,
si la vida a los goces es ajena,
mejor es el sepulcro que la vida
-NOCTURNO A ROSARIO –
I
¡Pues bien!, yo necesito
decirte que te adoro,
decirte que te quiero
con todo el corazón;
que es mucho lo que sufro,
que es mucho lo que lloro,
que ya no puedo tanto,
y al grito que te imploro
te imploro y te hablo en nombre
de mi última ilusión.
II
Yo quiero que tú sepas
que ya hace muchos días
estoy enfermo y pálido
de tanto no dormir;
que ya se han muerto todas
las esperanzas mías,
que estan mis noches negras,
tan negras y sombrias,
que ya no sé ni dónde
se alzaba en porvenir.
III
De noche cuando pongo
mis sienes en la almohada,
y hacia otro mundo quiero
mi espíritu volver,
camino mucho, mucho
y al fin de la jornada
las formas de mi madre
se pierden en la nada,
y tú de nuevo vuelves
en mi alma a aparecer.
IV
Comprendo que tus besos
jamás han de ser míos;
comprendo que en tus ojos
no me he de ver jamás;
y te amo, y en mis locos
y ardientes desvaríos
bendigo tus desdenes,
adoro tus desvíos,
y en vez de amarte menos
te quiero mucho más.
V
A veces pienso en darte
mi eterna despedida,
borrarte en mis recuerdos
y huir de esta pasión;
mas si es en vano todo
y mi alma no te olvida,
¿qué quieres tú que yo haga
pedazo de mi vida?
¿qué quieres tú que yo haga
con este corazón?
VI
Y luego que ya estaba
concluido el santuario,
la lámpara encendida
tu velo en el altar,
el sol de la mañana
detrás del campanario,
chispeando las antorchas,
humeando el incensario,
y abierta allá a lo lejos
la puerta del hogar...
VII
¡Que hermoso hubiera sido
vivir bajo aquel techo.
los dos unidos siempre
y amándonos los dos;
tú siempre enamorada,
yo siempre satisfecho,
los dos, un alma sola,
los dos, un solo pecho,
y en medio de nosotros
mi madre como un Díos!
VIII
¡Figúrate qué hermosas
las horas de la vida!
¡Qué dulce y bello el viaje
por una tierra así!
Y yo soñaba en eso,
mi santa prometida,
y al delirar en eso
con alma estremecida,
pensaba yo en ser bueno
por ti, no más por ti.
IX
Bien sabe Díos que ése era
mi más hermoso sueño,
mi afán y mi esperanza,
mi dicha y mi placer;
¡bien sabe Díos que en nada
cifraba yo mi empeño,
sino en amarte mucho
en el hogar risueño
que me envolvió en sus besos
cuando me vio nacer!
X
Esa era mi esperanza...
mas ya que a sus fulgores
se opone el hondo abismo
que existe entre los dos,
¡adiós por la última vez,
amor de mis amores;
la luz de mis tinieblas,
la esencia de mis flores,
mi lira de poeta,
mi juventud, adiós!
-UN SUEÑO-
¿Quieres oir un sueño?...
Pues anoche
ví la brisa fugaz de la espesura
que al rozar con el brochede un lirio que se alzaba en la prader
agrabó sobre él un "beso",
perdiéndose después rauda y ligera
de la enramada entre el follaje espeso.
Este es mi sueño todo,
y si entenderlo quieres, niña bella,
une tus labios en los labios míos
y sabrás quién es "él" y quien es "ella".
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